Cada año, el 9 de agosto se conmemora como el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, declarado así por la Asamblea General de Naciones Unidas. De acuerdo con el reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2022 casi 20 por ciento de la población total en México pertenece a alguna comunidad indígena. Empero, en los últimos años esta población ha sido de las más vulneradas por el Estado debido a la extracción de sus recursos; la desaparición, asesinato y hostigamiento de los miembros de sus comunidades y autoridades comunales, así como por el despojo y falta de reconocimiento de sus territorios indígenas, como sucede en la comunidad nahua de Santa María de Ostula, en el municipio de Aquila, en Michoacán.
Ante esta situación, ¿qué habría que conmemorar en esta fecha? ¿Las violaciones a sus derechos humanos y colectivos por el gobierno mexicano? ¿O la lucha y la resistencia de los pueblos y comunidades indígenas ante los intereses políticos, de empresas trasnacionales extractivistas y de grupos del crimen organizado? La comunidad de Ostula ha encaminado una larga lucha jurídica ante el Estado por el reconocimiento íntegro de sus territorios bajo sus derechos a la libre autodeterminación y autonomía.
Lee el artículo completo de Mariana Bermúdez, del Centro Vitoria, en La Jornada.