En los últimos siete años, ocho periodistas que estaban bajo protección estatal han sido asesinados. Esto destaca la necesidad urgente de reformar el mecanismo y garantizar la seguridad de quienes ejercen periodismo en el país.
Desde 1992, México es el país más peligroso del hemisferio occidental para los periodistas, con al menos 141 asesinatos desde el cambio de siglo. La impunidad de estos crímenes es muy común. Además, los periodistas enfrentan amenazas, hostigamiento, y abuso físico y psicológico, muchas veces relacionado con la lucha contra el crimen organizado y la corrupción en las fuerzas de seguridad.
La efectividad del Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos ha sido cuestionada. Ha protegido a varios periodistas, pero muchos otros siguen sin recibir este apoyo. Amnistía Internacional y el CPJ han encontrado deficiencias significativas, como un aumento en el rechazo de solicitudes de protección y la falta de consideración de las necesidades específicas de las periodistas mujeres.
Se puede consultar el informe completo y firmar la petición de Amnistía en el siguiente enlace.