Tras el Viacrucis migrante, que salió de Tapachula, Chiapas desde el pasado 25 de marzo de este año, se reportaron hostigamientos y agresiones por parte de la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración en su tránsito por los estados de Puebla y Tlaxcala.
El 24 de mayo incluso algunas personas integrantes del Viacrucis reportaron a organizaciones y personas defensores que les acompañan que el tren se detuvo en Huamantla, mientras estaban a bordo alrededor de 200 personas. Debido a que a las múltiples intimidaciones por parte de las instituciones, en esta ocasión, se negaron a bajar del vagón, temiendo ser separados de sus familias y ser regresados al sur del país, a pesar de que la mayoría de los integrantes son personas que necesitan protección internacional, como infancias, adolescentes, y mujeres embarazadas.
Para el 25 de mayo, algunas personas solidarias, colectivos y organizaciones comenzaron a llegar al lugar donde se encontraba detenido el vagón, ofreciendo agua y alimentos. Se ha hecho un llamado a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) para que se vigile el uso de la fuerza, el trato digno, y que se de privilegio a la atención humanitaria.
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