El miércoles 28 de febrero campesinos, activistas y sobrevivientes de la guerra sucia se reunieron en Atoyac de Álvarez, Guerrero, para recordar que en este país se asesinó a campesinos y pueblos enteros por oponerse a la dictadura del Partido Revolucionario Institucional.
La persecución política comenzó a principio de los años 60, cuando el exgobernador Rubén Figueroa implementó una fórmula macabra a sus opositores: encierro, destierro o entierro.
De ese pasado hablaron en el Diálogo por la Verdad, para que los que ahora reclaman que en México no hay democracia, no se comparen nunca con las víctimas de la Sierra de Guerrero; porque en ese año, en México protestar en las calles era imposible.
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