Frente a los altos índices de violencia, aumenta la proclividad a optar por soluciones que, en realidad, son salidas en falso, pues sólo empeorarán las actuales condiciones. Esta tendencia se presenta en toda nuestra región, no sólo en México. El modelo de mano dura implementado por el Presidente Bukele en El Salvador empieza a cobrar una peligrosa popularidad.
En Ecuador, el actual gobierno optó por declarar que el país se encuentra en condición de “conflicto armado interno”, e intensificó una política de marcadas características bélicas, similar a la que se empezó a adoptar México en el sexenio 2006- 2012, con las consecuencias que ya conocemos.
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