En el Día Internacional de los Derechos Humanos, conmemoramos los 75 años de la Declaración Universal recordando los principales pendientes de México.
Las desapariciones no cesaron, y este año acontecieron episodios de extremo horror como el de los muchachos de Lagos de Moreno, al tiempo que ha iniciado una revisión del registro nacional de personas desaparecidas que busca disminuir las cifras y herramientas como el Banco Nacional de Datos Forenses no funcionan.
Creció en múltiples regiones el control territorial de las organizaciones macrocriminales. El deterioro de Chiapas o la incapacidad del Estado para someter a la justicia al asesino de los jesuitas de Cerocahui, son ejemplo de esta cruenta realidad, por más que se presenten cifras sobre la violencia excesivamente optimistas.
La impunidad no se remontó, y en vez de transformar a las disfuncionales fiscalías lo que tenemos hoy es el anuncio de una reforma judicial que, de incluir la elección por voto de integrantes de la SCJN, podría ser sumamente dañina.
El Poder Militar creció, y se anunciaron aún más reformas para entregar legalmente la Guardia Nacional al Ejército, sin que se estén fortaleciendo los controles civiles externos sobre las Fuerzas Armadas, pero comunidades como Xochimilco defendieron sus territorios de la militarización.
La crisis migratoria no se revirtió, y los eventos de Ciudad Juárez este año mostraron el impacto de la negligencia en la vida de las personas en movilidad.
El caso Ayotzinapa no ha sido resuelto y se ha consentido al Ejército no entregar todos los documentos necesarios para esclarecer lo ocurrido. El GIEI se vio orillado, de nuevo, a dejar el caso.
El Mecanismo de Esclarecimiento Histórico que investiga la Guerra Sucia no ha podido acceder a los archivos militares, pese a que #SinArchivosNoHayVerdad
Los riesgos enfrentados por activistas no disminuyeron. Defensores comunitarios como Eustacio Alcalá fueron asesinados en los territorios. El abogado Ricardo Lagunes sigue desaparecido.
No se erradicó el espionaje con Pegasus y se denunciaron nuevos casos, incluyendo un nuevo ataque contra el Centro Prodh.
No se ha agilizado la excarcelación de personas inocentes que siguen presas, como Keren Ordoñez, sobreviviente de tortura que lucha por su inocencia en Tlaxcala, y las mujeres enfrentan condiciones carcelarias atroces, como lo muestra el aumento de suicidios en el CEFERESO de Morelos.
La CNDH siguió su deterioro, mostrando una creciente pérdida de autonomía y partidización. La renuncia de todo su Consejo consultivo es síntoma de esta descomposición.
Entre los avances, destacamos medidas positivas para la garantía de derechos sociales, como el incremento del salario mínimo, los avances de la reforma laboral y el fuerte énfasis en la desigualdad. El decreto de protección a territorios sagrados indígenas como #Wirikuta y el activismo de México contra el tráfico de armas fueron también buenas noticias.
En todo México, durante 2023 los derechos humanos fueron reivindicados por personas que luchan por la justicia, la verdad, la memoria, la igualdad y la no discriminación. Ellos, ellas, elles, siguen dando vida a la Declaración Universal que cumple 75 años, ¡hasta que la dignidad se haga costumbre!
