En junio de 2023, la Relatora Especial sobre la Independencia de los Magistrados y Abogados, Margaret Satterhwaite, presentó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU su Informe “Reimaginar la justicia: enfrentar los desafíos contemporáneos a la independencia de los magistrados y abogados”.
Ahí, la relatora identifica los principales retos que en la actualidad enfrenta la independencia judicial. La especialista señaló que: “15. Los últimos años se han caracterizado por una grave polarización y una oleada mundial de decadencia democrática y autocratización que plantean graves riesgos para los derechos humanos. La decadencia democrática se produce cuando las características fundamentales del sistema democrático formal de un país experimentan un declive considerable. La autocratización se produce cuando los líderes desmantelan o reducen la capacidad de otros poderes del Estado para controlar su poder […] 16. Los atentados contra la independencia judicial son una característica distintiva de la autocratización y la decadencia democrática […]. 17. No cabe duda de que los Estados miembros disponen de un amplio margen de maniobra para establecer y reformar los sistemas judiciales, y el derecho de derechos humanos permite una gran variedad de mecanismos institucionales. Ahora bien, cuando los cambios amenazan la independencia de los tribunales, se pone en peligro el amplio abanico de derechos que dependen de la independencia del poder judicial. No debe permitirse que los atentados contra la independencia del poder judicial se encubran tras la apariencia de reformas benignas. 18. […] A menudo, estos cambios se aplican lentamente y su impacto puede ser difícil de comprender plenamente antes de que los cambios hayan tenido efectos sistémicos […]”.
Es cierto que la independencia judicial no ha sido una realidad cabal en México y que el acceso a la justicia para quienes menos tienen sigue siendo una quimera; también es cierto también que en el pasado han llegado a la SCJN ministros y ministras que no debieron llegar al Tribunal y que desde ahí actuaron en función de múltiples intereses, pero casi nunca a favor del interés público. Sin embargo, el camino para remontar esa historia no pasa por socavar la institucionalidad del Poder Judicial federal y de la Suprema Corte de Justicia. El riesgo de socavar la Corte es que se banalice la independencia judicial y que el deterioro del Tribunal redunde, como lo ha advertido la Relatora de la ONU, en un mayor declive democrático.
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