La semana pasada, la Fiscalía de Justicia de Guanajuato y el Poder Judicial del mismo estado fracasaron en su obligación de garantizar el acceso a la justicia para la familia de Javier Barajas Piña, al dictar una sentencia absolutoria a los perpetradores del homicidio del buscador y defensor de derechos humanos. El mensaje de impunidad que este fallo transmite a todas las personas buscadoras es terrible.
Don Javier Barajas y Doña María del Tránsito, padre y madre de Javier, han luchado con denuedo y valentía por la justicia, tras haber sido tocados por la violencia de forma brutal. El 29 de febrero de 2020 fue desaparecida su hija Guadalupe y desde entonces, la familia se concentró en su búsqueda. En octubre de 2020, gracias a su trabajo y al de diversos colectivos de búsqueda, el cuerpo de la joven maestra fue encontrado en la fosa más grande del estado, junto con 80 cuerpos más en el municipio de Salvatierra, estado de Guanajuato. Javier, su hermano, dedicó de lleno sus esfuerzos a la búsqueda de personas desaparecidas e incluso ingresó a trabajar en la Comisión Estatal de Búsqueda. Lamentablemente, el 29 de mayo de 2021, Javier fue privado de la vida a causa de su activismo. Luego de que les arrebataran a dos hijos, Don Javier y Doña María del Tránsito tuvieron que dejar su hogar y vivir desplazados.
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