La Compañía de Jesús dijo que no podría considerarse como un triunfo de la justicia o una solución a la violencia estructural en la Sierra Tarahumara, que se localizara sin vida a José Noriel Portillo, “El Chueco”, señalado como presunto responsable del homicidio en junio de 2022 de los jesuitas de Cerocahui, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, así como del guía de turistas Pedro Palma y el joven Paul Berrelleza.
“Por el contrario, la ausencia de un proceso legal conforme a derecho con relación a los homicidios implicaría un fracaso del Estado mexicano frente a sus deberes básicos y confirmaría que en la región las autoridades no detentan el control territorial”, apuntó.
Esto después de que las autoridades dieran a conocer que la identidad del cadáver del hombre localizado en Choix, Sinaloa, podría ser posiblemente El Chueco.
Ante esto, la Compañía de Jesús reiteró su llamado al Estado mexicano para que cumpla con las medidas cautelares ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), emitidas en enero e instaladas la semana pasada a favor de once integrantes de la comunidad jesuita de Cerocahui, por considerar que se encuentran en una situación de daño irreparable, gravedad y urgencia.
Por último, lamentó el fallecimiento de la persona cuyo cuerpo fue encontrado por las autoridades de Sinaloa, así como todas las vidas que se han perdido por la violencia que impera en el país.
