En los bosques de oyamel en Michoacán, donde millones de mariposas Monarca ofrecen majestuosas danzas, el legado de su guardián, Homero Gómez, sigue vivo dos años después de su presunto homicidio. Las investigaciones de la Fiscalía General de Justicia de Michoacán, aún en marcha, sugieren que Homero, de 50 años y quien denunciaba la tala ilegal, corrió la misma suerte que otros ambientalistas asesinados. En total 30 durante 2020, según un registro de la ONG inglesa Global Witness.
«El legado que dejó (Homero) y esa iniciativa que tenía está en todos nosotros», dice Olegario Sánchez, durante uno de los agotadores recorridos de vigilancia por las montañas del santuario de la Monarca, El Rosario, en el municipio michoacano de Ocampo, que dirigía su amigo.
* Retomado de 24 Horas