Saúl Bruno García García
Hijo número cinco de los diez que tuvieron Nicanora y Aquileo García. De chico, Saúl perdió el dedo anular de su mano izquierda en un incidente con un molino de maíz. Muy tranquilo, sin travesuras; atento con la gente y muy aplicado en sus estudios. Maestro con el trompo y las canicas. Su verdadera pasión: el dibujo. Su sueño: estudiar Diseño gráfico, y ganar suficiente dinero con sus trazos. De amistad fuerte con Leonel Castro Abarca, fue por él que Saúl decidió acompañarlo a la Normal de Ayotzinapa.