Martín Getsemany Sánchez García

Desde que Martín aprendió a caminar su madre le regaló balones, zapatos y camisetas de fútbol. Antes de cumplir los ocho años ya mostraba técnica para el juego, era veloz y entregado. Su madre lo inscribió para que jugara en un centro de fútbol de los tuzos de Pachuca. Cuando entró a la Normal de Ayotzinapa fue convocado para ser mediocampista del equipo “Los Tortugos”. Su sueño: ser profesor rural de primaria.