MEDIO: Aristegui Noticias
AUTORÍA: Redacción
FECHA: 12 de mayo de 2014
- Al presentar una campaña para acabar con la tortura sexual contra mujeres, Javier Hernández Valencia sostuvo que las autoridades deben tener “cuidado, atención y acción urgente”. Además una víctima de tortura sexual relató su caso.
“La violencia sexual ha sido ya considerada como tortura”, por ello el representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los derechos humanos, Javier Hernández Valencia, explicó la campaña Todas juntas contra la violencia sexual, que busca erradicar estos actos contra las mujeres que son detenidas y encarceladas. Hernández Valencia estuvo acompañado por Claudia, una víctima de tortura.
El representante dijo que “hay varias cosas que hay que hilvanar; lo primero, es que los casos tienen diversos estados de retrasos en su resolución judicial pero que en conjunto revelan que ejercer violencia sexual contra las mujeres no parece generar una prioridad y una especialización para no sólo atender los casos en justicia, por lo tanto luchar contra la impunidad, sino reparar el daño y buscar que estos casos no se vuelvan a repetir, porque estos casos se siguen repitiendo”.
Recordó que “en su reciente visita a México el relator Juan Méndez de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así lo señaló en sus observaciones preliminares” y eso es algo que “queremos otra vez, con los casos, con las víctimas destacar, no sólo para que las autoridades tengan cuidado, atención, acción urgente, sino además para que las sociedades se despercudan de esta idea de que violar a las mujeres es parte del cuadro aceptable dentro de neutras sociedades, particularmente en América Latina, profundamente patriarcales, pero es que patriarcales pueden ser también las sociedades asiáticas o musulmanes, la diferencia es que las nuestras son patriarcales y violadoras de mujeres”.
Señaló que “si volvemos a otro de los casos emblemáticos en México, que es el del campo algodonero de mujeres asesinadas en la frontera de Chihuahua, pero que se extiende al conjunto de la frontera norte de México, la impunidad de crímenes de mujeres; que mujeres sean asesinadas o que sean violadas… y sobrevivan a la violación no es prioridad”.
Explicó que “están en boga en toda América Latina y en particular en la sub región centro americana, la idea de mano dura, de que todo vale contra el terrorismo, la delincuencia organizada, lleva la expresión institucional de que podemos violar derechos entonces se abre esta zona gris de que podemos hacer cualquier cosa, desde desaparecerlos, hasta matarlos y violar a las mujeres porque creemos que son muy malos, son delincuentes organizados o terroristas o guerrilleros, pero hay que tener cuidado porque no es porque seamos inocentes que tengamos que ser inmunes y protegidos de la tortura, la tortura es inaceptable como es inaceptable la desaparición forzada, como es inaceptable una ejecución extra judicial, independientemente de la calidad de debate de seguridad ciudadana en la que estemos inmersos”.
“América Latina está viviendo importantes movimientos sociales… la represión de los gobiernos sobre estos movimientos se ha puesto en evidencia, por el uso desmedido de la fuerza. En el caso de Atenco la detención y violación sexual de un grupo de mujeres, sí se sale de marco, decir Atenco no sólo es decir México y la impunidad, sino la alerta a todos los movimientos sociales que tienen espacios de confrontación”, enfatizó.
Además contó que actualmente “tenemos ya una serie de sistemas forenses que nos permiten tiempo después sustentar y probar medicamente la existencia del trauma por violación sexual”.
Por su parte Claudia, víctima de tortura sexual, explicó que “el 7 de agosto de 2012, yo me encontraba en mi domicilio, era de madrugada, de repente elementos de la Secretaría de Marina Armada de México adscritos al estado de Veracruz, entran a mi domicilio sin una orden, sin decirme que estaba sucediendo, entraron a mi recamara, rompen la puerta de la recamara, me detienen junto con mi esposo, desde ese momento me vendan los ojos y me amarran las manos hacia atrás fui trasladada a una oficina. Deduje que era la oficina de la zona Naval, que está a un lado del Aeropuerto de Veracruz, estuve aproximadanment6e 36 horas incomunicada. Dentro de esas 36 horas a mi me torturan psicológicamente, físicamente y sexualmente”.
Hoy en día, dijo, “estoy enfrentando un proceso, estamos en compañía de mis abogados interponiendo recursos, amparos, para poder llegar a la veracidad de los hechos, yo soy inocente, nunca cometí ningún delito, por eso le pido me permitan la justicia, que lleguen ellos a darse cuenta que han cometido un gran error”.
“Tengo dos delitos todavía no me los han podido esclarecer toda vez que ellos siguen afirmando que yo tengo que ver en relación a la detención, sin embargo no tienen ellos ni algo con veracidad que digan verdaderamente, la única prueba que ellos tienen es la puesta a disposición, puesta a disposición o parte informativo que se realizó después de la tortura que a mí me realizaron”, agregó.
Sobre la campaña explicó que decidió participar “porque me doy cuenta que no soy la única mujer que ha sido torturada sexualmente, yo decido alzar mi voz, decido hablar , como dice la campaña Romper el Silencio, entonces en esta campaña estamos invitando a todas las mujeres que hayan sido torturadas se unan con nosotros, que hablen y que digan, yo me muero de miedo pero para mí no va a quedar aquí porque voy a seguir adelante, voy a seguir en mi lucha y sin embargo no me van a detener para seguir exponiendo estos casos, lo que yo quiero dejarle a las personas que hayan tenido torturas es que se unan, que hablen, que no se queden calladas”.