MEDIO: Proceso

AUTORÍA: Gloria Leticia Díaz

FECHA: 25 de Junio de 2014

 

MÉXICO, D.F. (apro).- Organizaciones civiles que impulsan la campaña “Rompiendo el silencio: todas contra la tortura sexual” anunciaron la incorporación de una víctima más a la lista de las mujeres que han decido denunciar sus casos para visibilizar el patrón sistemático de actuación de las fuerzas de seguridad en su contra.

Se trata de Belinda Anabel Garza Melo, a quien elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) detuvieron 2007 en Torreón, Coahuila, y la acusaron de formar parte del crimen organizado.

Víctima de la guerra contra el narcotráfico declarada por el expresidente Felipe Calderón, Garza Melo fue sometida a tortura física, sexual y psicológica durante más de 40 horas por sus aprehensores, y fue presentada tres meses después como integrante del cártel del Golfo, según expusieron los promotores de la campaña, el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez, la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña-Tlachinollan y Asociadas por lo Justo.

Sobre la situación actual de Belinda, las organizaciones agregaron que se encuentra presa en el penal de máxima seguridad de Tepic, Nayarit, “enfrentando injustas acusaciones por delincuencia organizada, delitos contra la salud y secuestro sin que a siete años se haya dictado sentencia”.

Al sumarse a la campaña que “clama justicia par a que nunca más otra mujer sea torturada, Belinda clama por su libertad”, puntualizaron las organizaciones.

En un comunicado fechado el 22 de octubre de 2007, la Procuraduría General de la República (PGR) incluyó a Garza Melo en una lista de diez personas acusados de delitos de delincuencia organizada, contra la salud y posesión de armas de fuego, así como de pertenecer al grupo de “Los Linces” y “Los Cuervos”, supuestas células del Cártel del Golfo.

Según la PGR, los detenidos operaban en los estados de Durango, Coahuila, Michoacán, Sinaloa y Tamaulipas.

El boletín oficial 541/107, sostuvo que a Belinda Anabel se le dictó formal prisión por el “ilícito contra la salud en la modalidad de posesión de estupefaciente denominado cocaína con fines de comercio”.

Las organizaciones sociales recordaron que “Rompiendo el silencio” tiene como objetivo “visibilizar el patrón sistemático de la tortura sexual que enfrentan las mujeres mexicanas que son detenidas por agentes policiales, militares o marinos en la supuesta protección de deberían proveer a la sociedad”, y que en casos como el de Belinda “incluye la sujeción a procesos penales”.

En la campaña están integradas otras víctimas de tortura sexual, entre ellas 11 mujeres abusadas sexualmente en San Salvador Atenco, en mayo de 2006; las indígenas Inés Fernández y Valentina Rosendo, violentadas sexualmente por soldados en 2002; Miriam López, abusada también por militares en Ensenada, Baja California, en 2009; Claudia Medina Tamariz, torturada por marinos en Veracruz en 2012, y Verónica Razo, detenida arbitrariamente por policías federales en 2011, torturada física, sexual y psicológicamente y actualmente encarcelada en el penal de máxima seguridad de Tepic, Nayarit.