La campaña nacional “Rompiendo el Silencio: Todas Juntas contra la Tortura Sexual” es un mensaje de solidaridad y esperanza para el creciente número mujeres que han sobrevivido a esta grave violación a sus derechos humanos.

El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), el Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan” y Asociadas por lo Justo (JASS) somos impulsores de la campaña, una iniciativa surgida en el año 2014 de un grupo de mujeres sobrevivientes de tortura en San Salvador Atenco en un contexto nacional de altísima impunidad en casos de tortura.

La campaña busca visibilizar y combatir la tortura sexual contra mujeres que son atacadas y/o detenidas por agentes policiales, militares o marinos, comúnmente en el marco de las supuestas políticas de seguridad del Estado, así como evidenciar que se comete con diferentes objetivos, como represión, intimidación, humillación y generación de pruebas inculpatorias, entre otros.

“Rompiendo el Silencio: Todas Juntas contra la Tortura Sexual” cuenta con la solidaridad de diversos organismos y organizaciones de derechos humanos internacionales y mexicanas.

Los casos que integran actualmente la campaña son: Miriam Isaura López (Baja California); Claudia Medina Tamariz (Veracruz); Belinda Garza Melo (Coahuila); Verónica Razo (Distrito Federal); las 11 Mujeres Denunciantes ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (cidh) de Tortura Sexual en San Salvador Atenco (Estado de México); Inés Fernández Ortega y Valentina Rosendo Cantú (Guerrero); Yecenia Armenta Graciano (Sinaloa) y Cristel Piña Jasso (Chihuahua).

En el presente texto analizamos diversas modalidades y ejemplos de tortura sexual a mujeres en México, abordando las prácticas específicas e impacto diferenciado que tiene este tipo de violencia estatal, incluyendo su uso como expresión de los estereotipos de género, roles sociales y otras formas de discriminación contra la mujer. En particular, incluimos las denuncias de mujeres de los estados de Baja California, Coahuila, Distrito Federal, Estado de México, Guerrero, Sinaloa y Veracruz (es decir, entidades de todas las regiones del país), a través de las cuales damos cuenta de la impunidad casi universal que caracteriza este grave delito, así como algunas de las principales afectaciones físicas, psicológicas y comunitarias de tal violencia impune.

Exigimos al Estado mexicano que priorice la erradicación de la tortura en todas sus formas y a todos los niveles, en particular la tortura sexual a mujeres, proporcionando acceso a la justicia ante cualquier denuncia de la misma mediante recursos y procedimientos con perspectiva de género e impidiendo de manera absoluta que las pruebas obtenidas mediante actos de tortura sean usadas para incriminar a las víctimas.

En este sentido, cerramos el documento con recomendaciones de acciones para poner fin al ciclo de tortura e impunidad denunciado por las mujeres que han decidido que es hora de “romper el silencio” acerca de la tortura sexual.